¿Dónde está tu Fe?

Ir a misa los domingos, confesarse, recibir los sacramentos, cumplir los mandamientos. ¿Esto es tener fe?, ¿esto es ser cristiano? Un cristianismo así se vuelve fastidioso. Seguir a Cristo no es cumplir cosas y ya. Cuando pensamos de este modo dejamos ver que no hemos entendido nada de lo que significa ser cristiano. Muchas veces simplemente tenemos un barniz de cristianos, tenemos algunos aspectos externos, pero en el interior estamos vacíos de las cosas de Dios. Creemos de palabra, pero no de corazón. Es por eso que ir a misa es aburrido y sin sentido, que tener adoración Eucarística parece una perdida de tiempo, que rezar parece una tarea de gente anciana y supersticiosa. Todo lo que suena a Dios y a Iglesia termina siendo un fastidio. Pero la fe es como el fuego, si no se alimenta se va extinguiendo poco a poco hasta que quedan solo cenizas y las cenizas no sirven para nada. He ahí porque Cristo nos dice: “He venido a prender fuego al mundo y cómo me gustaría que ya estuviese ardiendo”. Ser cristiano no es una etiqueta que se quita y se pone cuando conviene.

Seamos llamas que alumbran y calientan, no cenizas que solo sirven para tirarse a la basura. Si verdaderamente queremos ser cristianos busquemos alimentar nuestra fe y no dejemos que muera en medio de un mundo que ha puesto de lado a Dios.